Distintas pueden ser las motivaciones que confluyen en la aparición concreta de una especialidad deportiva más bien alejada de las inclinaciones dominantes. Dispares las pretensiones personales, el prisma y el campo desde el que cada cual se acerca en su momento a los dominios de otra forma de canalizar el tiempo libre. Aquella que, hoy difundida y consolidada en amplias zonas a lo largo y ancho de los cinco continentes, un siglo antes de sentirse su latido en Elche, se institucionalizara formalmente en la Unión Fútbol Rugby (1871). Prácticamente un centenar de años después de aquel jalón histórico en Inglaterra, esto es, en "la cuna y foco de la vida deportiva moderna (J. Huizinga), se abría paso por estos lares el rugby. Espécimen moderno descendiente de una retahila de juegos populares medievales conocidos en Inglaterra al almidón como "football", "camp ball", "hurling" y "knappan", que en la segunda mitad de 1968 sus cofundadores ilicitanos, mirando hacia delante, nunca consideraron "flor de un día". Así lo creyó uno de los cuatro primeros socios del Elche Club de Rugby , José Antonio Amorós Palau. "Jamás tomamos la práctica del rugby en nuestra ciudad como algo provisional. De hecho, ha cambiado más la vida particular de cada uno de los que iniciamos esta andadura que lo que ha cambiado esencialmente nuestra participación en la vida social del club". Una idea no ha querido dejar de estar en la base del proyecto para sus pioneros, y ésta se resume en la importancia que desde el principio hasta ahora le concedieron al hecho de hundir gruesas y profundas raíces. "Lo importante del caso "“comentaba Palau- es la formación de un club con raíces: al principio esto lo representa el esfuerzo fiel y constante, cuando menos, de unos cuantos; luego ya se sabe, las personas pasan, no sin dejar un grano más de arena que vaya dando solidez a la entidad, que es el objetivo".
Con Palau coincidieron otros hombres cuyo trabajo a la postre ha revestido una significación especial en la urdimbre del experimento: Juan Fenoll, Antonio García Sigüenza y Manuel Moreno "el socio". La contribución de este último puede expresar ante todo la constancia, la fidelidad y la generosa prestancia al proyecto, según sus compañeros de viaje. A poco más de un año de la formalización estatutaria y el acceso subsecuente a la competición oficial, en Elche ya se van articulando las piezas de un todavía rudimentario engranaje social/deportivo. Nos trasladamos al último tercio de 1968. Quizás ahí empezó todo. A agua pasado, podemos evocar aquello como los preliminares de la solidificación de la práctica rugbística ilicitana. Todo ello materializado en la posterior constitución del club. Etapa preambular ubicada temporalmente en un marco histórico deportivo que hace de este acontecimiento un fenómeno extraño y singular, casi anómalo en relación a los gustos y prácticas que más proliferan. Recordemos que se trata de la etapa más dulce para el fútbol ilicitano, y precisamente cuando más altas cotas se disponía a alcanzar casi un año más tarde: primavera de 1969, en las postimetrias del campeonato liguero en primera división: el Elche C.F. se erigía, en el Santiago Bernabeu, en subcampeón de la Copa del Generalísimo, que así se denominaba en esa fecha. Precisamente en aquel tiempo gris, condimentado principalmente para el ciudadano medio español con abundante fútbol, toros y "folklore regional", unos muchachos ilicitanos deciden agruparse en torno a una práctica deportiva y de ocio relativamente ajena. TVE retransmitía los interesantes encuentros del "Cinco Naciones de Rugby".
Una vez más, las ganas, la voluntad de participar de este virtual hallazgo en Elche, no garantizan su realización y, con ella, su disfrute. Más de medio año costó disputar el primer encuentro de rugby en unas condiciones que acrediten tal nombre. Los partidos y entrenamientos efectuados con anterioridad, todavía en medio del bullicio, los titubeos e inseguridades iniciales, reúnen todos los atributos que corresponden a la prehistoria, a la fase arqueológica del rugby en esta ciudad. No obstante, a ese primer partido que enfrentó al Elche C.R. y al Betis Florida, en Alicante, concurrieron los ilicitanos, como no, pasando por alto la primorosa escasez de medios. Todavía no se había asentado una mínima estructura que proporcionara, a través de cuotas, venta de loterías"¦, la financiación suficiente. Recuerdan los por entonces adolescentes participantes que aquel día (mayo de 1969) tuvieron que desplazarse a Alicante un nutrido grupo de ellos en un solo vehículo. Tres de ellos no cabían en otra parte que en el maletero de coche. Aquel melifluo grupo a que a duras penas podía saborear el goce del invento, dada la indudable carencia de medios, vio aliviada en parte su penuria material a raíz del gancho que les echó el fabricante Daniel Marí Barón. Daniel Marí sponsorizó y dispuso recursos para el equipo (anteriormente se contaba con las camisetas timbradas por "prefabricados Francheur"), y se convirtió en su presidente. Casi a la vez, llegaba un argelino, Mendoc , que se haría cargo de la dirección técnica del equipo senior. Decimos senior y decimos bien por que, previamente, y, sin dilatación, Palau, que ya había hecho las veces de presidente y preparador técnico, estimó llegado el momento de incentivar y organizar como entrenador a los pequeños que él y sus consortes pudiesen atraer hacia el rugby. El proyecto de las categorías inferiores comenzaba a alumbrar cuando no había dejado de balbucear aún su primogénito senior. Desplazando la vista hacia atrás, desde las primeras semanas, todas las acciones se encaminaban a la conquista de un espacio material para entrenar. Al comienzo, algunas veces en el campo de césped de la Ciudad Deportiva servía inmejorablemente como escenario. Pero aquello tan sólo fue el guiño municipal al candor de "unos ingenuos" que pronto se dieron de bruces con la cruda realidad. Del césped pasaron a la tierra y a unos horarios intempestivos. El delegado municipal de deportes, Martínez Flores, nunca expresó mejor con su intolerante actitud los contenidos sociales más déspotas y arbitrarios al uso. Cuentan que aquel pintoresco delegado municipal pretendía extinguir el naciente rugby ilicitano. Puede el lector imaginar la abnegada compostura de aquellos afanados jovenzuelos intentando hallar una cancha en condiciones. Apuntamos la anécdota de aquel medio año que los principales rugbenianos tuvieron que entrenar de 6 a 8 la madrugada, sin luz artificial, y en tierra por supuesto, hasta que el capricho municipal cedió y propició un horario más racional. El crepúsculo de 1969, los estatutos ya estaban confeccionados y el club constituido formalmente. Aproximadamente al año de haber llegado, Daniel Marí, deja el club, pero había puesto los medios materiales para la organización deportiva de la futura entidad. Por lo pronto, los juveniles lograron ingresar en el Campeonato de España. Finales del 70. Palau llega de nuevo a la presidencia. El Elche C.R. deja de medir sus fuerzas exclusivamente con otros conjuntos que por aquella época comienzan a emerger en la provincia (Orihuela, C.E.U. Alicante...) para internarse en la competición oficial. Ese año se celebra el I Trofeo Reyes, frente al Abelles valenciano. De la competición liguera, el primer encuentro que disputan los ilicitanos linda con lo épico por la dureza, que no agresividad, con que se jugó. El rival, el C.A.U. Valencia. Se saldó con cinco lesionados: dos por parte del Elche y tres por los locales. La pétrea impronta de aquel sudafricano afincado en San Juan y de profesión policía, a menudo procuraba mella física en los contrincantes.
Queda todo por aprender. Estos acontecimientos inauguran un ciclo de ocho años. Con el acceso a la Liga Valenciana como principio de consolidación, seniors y juveniles del Elche, se sumen en un lento pero eficaz, proceso de aprendizaje. En la temporada 70/71, Herrero Santonja ocupa el banquillo del primer equipo. Desde el 71, y por varios años, lo ocupará Pepe Villalba. En este tramo de vida del club, Abelles, Valencia, Cullera, Tatami, C.A.U. (Universidad de Valencia), X-15, y otros"¦, componen el resto del abanico de competidores oficiales. Mediados de los setenta, el club consuma su línea de autofinanciación a través del rudimentario pero seguro instrumental de las cuotas de los socios, venta de loterías" Deportivamente, el salto cualitativo se cifra temporalmente en la Liga 78/79. Aterriza en el club el argentino Roberto Amorós Jones. En su juego, el equipo se había caracterizado hasta entonces por el placaje como recurso predominante. El césped del campo de la Ciudad Deportiva y la baja estatura del equipo, todo ello sumado al limitado desarrollo técnico y táctico de aquella primera fase de aprendizaje, favorecían esa idiosincrasia de "equipo de placadores". La renovación de valores técnicos y tácticos que desprende la batuta directriz del argentino sellan en el "15" ilicitano un nuevo estilo. Roberto Amorós Jones consigue privilegiar el juego de mano que comienza a proporcionar un funcionamiento ágil y eficaz de la línea de tres cuartos en mayor sintonía con el despliegue de la línea delantera. Con todo, 1978 fue al año de la primera escisión del club. Según los más antiguos socios del Elche C.R. , los factores de aquella fisura que derivó en la creación del del U.R.E.S-78 "Unión Rugby Elche Seniors 78", se sintetizan en una problemática, en su día insoluble y apoyada en conflictos de personalidad. Problemas que aparecían bajo la forma de diferencias en cuanto a tesis sobre el modo de preparar al equipo: no todos respaldaban el trabajo del nuevo técnico. Fuera como fuere, aquel cisma dispararía y avivaría la "eterna rivalidad" rugbística en Elche, en un contexto deportivo en el que el "U.R.E.S. 78", alternativamente, lograba importantes triunfos en "1ª Provincial" se defendía dignamente; y el E.C.R. brillaba frecuentemente en lo alto de la tabla de la categoría de oro provincial: destacan dos campeonatos ligueros y un subcampeonato, en el ciclo que abarca desde el 78 hasta poco más de la mitad de los 80. Punto y aparte significado merece 1981. Año especialmente venturoso para el club: la tenacidad y el trabajo, en este caso en los despachos, del hombre que más tiempo ha presidido la entidad (1970-87), José A. Amorós Palau, quedan holgadamente resarcidos: el E.C.R. obtiene un inestimable premio en forma de la concesión municipal de los terrenos para la construcción del Campo de Rugby de la Ciudad Deportiva. Después de unos meses, y tras la precisa tramitación burocrática, finalizan los trabajos del flamante recinto rugbístico que, según los entendidos, nada tiene que envidiar a ningún otro de la geografía que comprende el Estado Español. Con el nuevo campo municipal como escenario local, el E.C.R. rubrica las más rutilantes páginas de su testimonio histórico deportivo. La hégira que abre Roberto Amorós en el 78 contempla su punto y final ocho años después, con el listón deportivo notablemente alto: temporada 85/86, Liga Territorial Valenciana: el E.C.R. disputa por primera vez la promoción de ascenso a 1ª División Nacional. En el 86, emerge la segunda escisión del club decano de la provincia. Esperamos sea la última. En esta ocasión los motivos son similares a los que suscitaron la escisión de 1978. Ahora el propio Roberto Amorós y algún otro compañero tratan de agrietar la entidad con la creación de otro equipo ilicitano. Segregación que no va a afectar la trayectoria deportiva de un E.C.R. que no bajará la guardia, más bien al contrario. Santiago Soler clausura la temporada 86/87, y lo hace con un equipo que repetía la hazaña de la campaña anterior, si bién todo queda en otra intentona de ascenso. El club vivirá dos promociones de ascenso más: la del 88/89, con Juan Irastorza como técnico (internacional absoluto en sus tiempos como jugador, y muy reputado entrenador a escala nacional); y la del 90/91, nuevamente con Santiago Soler. Estos jalones corresponden ya al periodo de mandato presidencial de José Antonio Más "Sindi". En 1992 se produce un acontecimiento crucial en el rugby ilicitano, tras las escisiones anteriormente relatadas. Se producen unas negociaciones previas entre las personas designadas por la Asamblea del U.R.E.S, (Vicente Llinares y Juan Rodríguez) y José A. Mas, en las que se pactan las condiciones de la fusión. Al termino de dichos encuentros los presidentes del Elche C.R. José A. Más y del U.R.E.S.-78, Tomás Espinosa, respaldados por sus socios deciden fusionar las dos entidades en pro del rugby local, de dicha fusión, por otro lado llevada de forma modélica por todos y cada uno de los componentes de las dos sociedades, nace el actual Elche Club Rugby Unión. Prueba del vigor que el rugby ilicitano consiguió con la fusión es la de poder traer al Estadio Martínez Valero a la Selección Española primero en 1.994 contra la poderosa Inglaterra para celebrar el veinte aniversario del club y posteriormente en el 98 contra Portugal, con la clasificación de España, por primera vez en un Mundial. Dicho partido fue televisado por teledeporte y en directo por la 2 de TVE; Estos dos partidos de la Selección Nacional batieron récords de espectadores en el País. Llegó también el ansiado ascenso a 1ª Nacional en la temporada 1.999/00 con dos entrenadores formados tanto como jugadores y como técnicos en el seno del club, Ramón A. Pascual y José Vicente Aldeguer "Pecos" y estando de presidente Antonio García Sigüenza que había precedido a un breve mandato de Antonio Sánchez "Tony" que compagino con el de Presidente de la Federación de Rugby de la Comunidad Valenciana. En la temporada 2002/2003 vuelve a ostentar la presidencia del Club José A. Mas "Sindi" con un proyecto muy ambicioso que permitió disfrutar a los aficionados de unos años de rugby de muchos quilates. Durante este periodo el primer equipo es dirigido por Tomas Pardo, toda una leyenda del rugby nacional y de nuevo por Ramón A. Pascual, otro entrenador fruto del rugby ilicitano. Cabe reseñar las dos magnificas temporadas 2004/05 y 2005/06 realizadas por el equipo juvenil del club proclamándose campeón Autonómico y llegando a cuartos de final del Campeonato de España, siendo la columna vertebral de la Selección Valenciana que se proclamo campeona de España en 2006. En la temporada 2006/2007 el equipo senior absoluto pierde la categoría nacional, tras una competición plagada de dificultades en la que tanto el entrenador Tony Sánchez como todos y cada uno de los componentes de la plantilla, demostraron con creces su amor a este deporte y a su club. A pesar de este duro revés deportivo, a nivel de la escuela las cosas marchan razonablemente bien con un organigrama deportivo dirigido por José V. Aldeguer "Pecos" que empieza a dar sus frutos. El club afronta con éxito el reto de organizar el partido de la Selección Española con los míticos The Barbarians R.F.C. en su primera visita a nuestro país desde su fundación en 1.890. La realización de dicho evento, así como la organización de la Escuela de Verano de la F.E.R., además de la visita realizada en exclusiva a nuestro club por el jugador internacional Gales Shane Williams acompañado de su hermano Deam y del también jugador Lee Thomas que durante varios días compartieron entrenamiento con todos los equipos del club, ponen al Elche C.R.U. como referente del rugby nacional